El líder supremo de Irán, ayatollah Alí Khameneí, se mostró pesimista respecto a las negociaciones nucleares con Occidente y reiteró que su país no puede confiar en Estados Unidos.
"No soy optimista sobre los resultados de las negociaciones pero, con la voluntad de Alá, estas no nos harán daño", señaló en un discurso pronunciado ante estudiantes con motivo de la celebración, del "Día Nacional de la Lucha contra la Arrogancia Global" o Día del Estudiante,.
El 4 de noviembre de 1979, un grupo de estudiantes islámicos asaltó la embajada de Estados Unidos en Teherán y secuestró a 52 personas durante 444 días, desencadenando así una crisis que causó la ruptura de relaciones bilaterales.
En su intervención, Khameneí resaltó su confianza en el equipo negociador nuclear iraní, encabezado por el ministro de Exteriores Mohamad Javad Zariv, y dijo que no se debe desmoralizar a personas que tienen ante sí una ardua tarea.
"Irán dará la bienvenida a un resultado positivo de las conversaciones", afirmó el líder supremo, aunque no descartó que estas fracasen y advirtió sobre la imposibilidad de confiar enEEUU.
"Los estadounidenses por una parte sonríen y se muestran interesados en negociar, pero inmediatamente después dicen que todas las opciones están encima de la mesa (en referencia a la opción militar)", agregó antes de aprovechar la ocasión para arremeter contra Israel y decir que "el régimen sionista es un régimen ilegítimo y bastardo".
Al igual que han hecho otros clérigos y responsables iraníes en los últimos días, Khameneí se refirió a los escándalos de escuchas de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA).
En este sentido, afirmó que hace ya tres décadas los estudiantes iraníes, con gran acierto, calificaron la embajada de EEUU en Teherán de "nido de espías", algo de lo que otros países se están dando cuenta solo ahora.
El Parlamento iraní también acogió intervenciones referentes a la conmemoración, entre ellas la del vicepresidente de la Cámara, Husein Aboutorabifard, que fue alentado por los diputados con gritos de "Muerte a Norteamérica".
El vicepresidente agradeció los gritos y señaló que la toma de la embajada norteamericana fue una muestra de "la resistencia del bien sobre la falsedad" y animó a los parlamentarios a mantenerse firmes en su "campaña contra la arrogancia", eufemismo con el que las autoridades iraníes suelen referirse a EEUU e Israel.
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