Estados Unidos se vió sorprendido por la actitud del Gobierno de Israel de aprobar la construcción de tres mil viviendas en Jerusalén y Cisjordania (Judea y Samaria), señala un reporte del periódico The New York Times.
La decisión israelí fue considerada como una represalia por la votación en la Asamblea General, que aprobó elevar el estatus de la delegación palestina al grado de Estado observador no miembro de la ONU.
La disposición del Gobierno fue ampliamente condenada por la adminsitración norteamericana y las capitaleseuropeas.
Según el rotativo neoyorkino, altos oficiales de EE.UU. se sintieron especialmente frustrados porque Jerusalén informó a Washington sólo pocas horas antes de que el anuncio fuera hecho público.
Israel anunció la construcción de viviendas en los barrios de Gilo, Pisgat Zeev y Givat Zeev, de Jerusalén y en los asentamientos de Karnei Shomron, y en el bloque de Gush Etzíon. Pero además aprobó la edificación en la controversial franja de tierra conocida como E1, que conectará a Jerusalén con el asentamiento cercano de Maalé Adumim.
Israel considera a Maalé Adumim como parte del bloque de asentamientos que quiere mantener en cualquier acuerdo final con los palestinos.
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