Irán acusó a la empresa alemana Siemens de implantar pequeños artefactos explosivos dentro del equipo que la República Islámica compró para su controvertido programa nuclear, una imputación que la compañía germana niega.
El prominente legislador iraní Aladino Boroujerdi manifestó que expertos de seguridad iraníes detectaron los explosivos y los quitaron antes de que detonaran, y agregó que los explosivos instalados en los equipos fueron vendidos a Teherán para hacer descarrillar sus esfuerzos para enriquecer uranio.
"Se suponía que el equipo debía explotar al ponerse en funcionamiento para desmantelar todos nuestrossistemas", aseveró. "Pero la sabiduría de nuestros especialistas desbarató la conspiración enemiga".
Siemens negó la acusación y destacó que su división nuclear no mantiene negocios con Irán desde la revolución de 1979, cuando los clérigos islamistas se apoderaron del aparato estatal.
El parlamentario iraní insistió que los explosivos fueron implantados en la fábrica de Siemens y exigió a la empresa que se haga responsable.
Las sanciones de las Naciones Unidas contra Irán prohíben la venta de equipos nucleares a la República Islámica, lo que indica la posibilidad de que los dispositivos hayan sido adquiridos a través de intermediarios.
A pesar de las sanciones, Alemania sigue siendo uno de los principales socios comerciales de Irán.
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